Pruebas físicas de incorporación a la Policía Nacional de Colombia: ¿cuáles son y cómo prepararte?

El ingreso a la Policía Nacional es un proceso riguroso que busca seleccionar a los mejores candidatos, no solo en términos de conocimiento y valores, sino también en capacidad física. Las pruebas de aptitud física son un componente esencial del proceso de selección, ya que garantizan que los aspirantes tengan la resistencia, la fuerza y la agilidad necesarias para enfrentar los desafíos diarios que implica la labor policial. Por ello, una preparación adecuada es clave para asegurar el éxito en estas pruebas.
En este artículo de Bayport abordaremos en detalle los requisitos físicos esenciales, las pruebas de ingreso que debes superar, y las mejores estrategias de entrenamiento y preparación para optimizar tu rendimiento. Además, te proporcionaremos una guía con los recursos y herramientas más útiles para maximizar tu desempeño. Así que, ¡alista lápiz y papel y comienza a tomar nota!
Requisitos físicos esenciales para aspirantes a la Policía Nacional
Para ser admitido en esta prestigiosa institución, es indispensable que los aspirantes cumplan con ciertas condiciones físicas que aseguren su capacidad para desempeñarse en situaciones de alto riesgo y exigencia. Entre los requisitos esenciales se destacan:
- Resistencia cardiovascular: es un componente fundamental en la preparación de los aspirantes, ya que permite mantener un esfuerzo físico prolongado sin experimentar fatiga excesiva. En la labor policial, la capacidad aeróbica es esencial para enfrentar situaciones que requieren una alta exigencia física, como persecuciones a pie, patrullajes extensos o enfrentamientos de larga duración. Los aspirantes deben ser capaces de recorrer distancias considerables a una velocidad adecuada, sin presentar dificultades respiratorias ni agotamiento prematuro.
- Fuerza y resistencia muscular: es un requisito esencial para los aspirantes, ya que sus funciones incluyen cargar y movilizar equipo, someter a sospechosos en procedimientos policiales y reaccionar ante situaciones de alto impacto físico. La resistencia muscular, por su parte, permite mantener la fuerza a lo largo del tiempo sin experimentar fatiga extrema. Ambas capacidades son evaluadas a través de pruebas como flexiones de brazos, abdominales y levantamiento de peso.
- Flexibilidad: es un componente clave en la preparación física, pues permite una mayor movilidad articular y reduce el riesgo de lesiones musculares durante la actividad policial. Un buen nivel de flexibilidad facilita la ejecución de movimientos dinámicos como correr, esquivar obstáculos y reaccionar con rapidez en situaciones de riesgo. Además, la flexibilidad mejora la postura y la coordinación, esto contribuye a un desempeño más eficiente en las pruebas físicas de incorporación.
- Composición corporal adecuada: un peso saludable no solo permite un mejor rendimiento en las pruebas físicas, sino que también previene enfermedades metabólicas y reduce el riesgo de lesiones articulares. Los aspirantes deben mantener un equilibrio entre masa muscular y grasa corporal, asegurándose de que su peso esté dentro de los rangos establecidos por la institución.
- Capacidad de coordinación y equilibrio: son habilidades esenciales para la labor policial, pues influyen en la capacidad de respuesta rápida ante situaciones inesperadas, como enfrentamientos o rescates en terrenos difíciles. La coordinación motriz permite realizar movimientos precisos con rapidez, esto es vital en procedimientos tácticos que requieren acciones simultáneas, como el uso de armas o la conducción de vehículos de emergencia.
Detalles sobre las pruebas de ingreso para aptitud física: ¿qué esperar?

Las pruebas físicas de ingreso a la Policía están diseñadas para evaluar la resistencia, fuerza, agilidad y capacidad general de los aspirantes. Estas pruebas simulan situaciones que un policía podría enfrentar en su labor diaria, como persecuciones a pie, sometimiento de sospechosos y tareas que requieren gran esfuerzo físico. Algunas de ellas incluyen:
- Prueba de resistencia cardiovascular: esta prueba evalúa la capacidad aeróbica del aspirante, es decir, su habilidad para mantener un esfuerzo físico prolongado sin experimentar fatiga extrema. Consiste en recorrer una distancia de 1.5 a 2 kilómetros en un tiempo determinado, dependiendo del sexo y la edad del candidato.
- Prueba de velocidad: en ella, los aspirantes deben recorrer una distancia corta de 50 a 100 metros en el menor tiempo posible. Su objetivo es medir la explosividad y la rapidez de reacción, habilidades fundamentales en la labor policial cuando se requiere actuar con urgencia en situaciones críticas.
- Prueba de fuerza en el tren superior: las flexiones de brazos son un ejercicio clásico que mide la fuerza y resistencia muscular en los brazos, hombros y pectorales. En ella, deben realizar una cantidad mínima de flexiones en un tiempo determinado, sin perder la correcta ejecución del movimiento.
- Prueba de fuerza en el tren medio: la fuerza en esta zona del cuerpo es necesaria para la estabilidad y el equilibrio, por lo que esta prueba evalúa la capacidad del aspirante para realizar el mayor número de abdominales en un minuto. El objetivo es medir la resistencia muscular en la zona media, que es clave para ejecutar maniobras tácticas y mantener una buena postura durante el servicio.
- Prueba de fuerza en el tren inferior: en este examen deben realizar un número mínimo de sentadillas en un tiempo determinado o alcanzar una altura específica en el salto vertical, dependiendo del protocolo aplicado en cada convocatoria.
- Prueba de agilidad y coordinación: deben completar un circuito que incluye diferentes obstáculos, como conos, vallas, escaleras de agilidad y desplazamientos laterales. La evaluación se centra en la capacidad del candidato para moverse rápidamente y con precisión, habilidades necesarias en intervenciones tácticas y situaciones de persecución.
Entrenamiento y preparación: claves para superar las pruebas físicas

Para entrar a la Policía, no basta con realizar ejercicio ocasionalmente; es fundamental desarrollar una rutina que abarque todos los aspectos evaluados en las pruebas, desde la resistencia cardiovascular hasta la fuerza muscular y la agilidad. Para ayudarte, a continuación te compartimos las claves más importantes para una preparación efectiva. ¡Presta mucha atención!
Elaborar un plan de entrenamiento personalizado
Cada aspirante tiene un nivel de condición física diferente, por lo que es crucial diseñar un plan de entrenamiento adaptado a sus necesidades. Para ello, se recomienda realizar una evaluación inicial del estado físico, identificando fortalezas y áreas de mejora. Un buen plan debe incluir entrenamientos específicos para cada prueba, combinando ejercicios de resistencia, fuerza, agilidad y flexibilidad. Además, es recomendable programar sesiones de entrenamiento progresivas, aumentando la intensidad conforme se mejore el rendimiento.
Realizar entrenamientos específicos y de alta intensidad
Para mejorar el desempeño en las pruebas físicas, se deben incorporar entrenamientos que simulen las condiciones reales de evaluación. Por ejemplo, realizar carreras de 1.5 a 2 km en el tiempo establecido, practicar circuitos de velocidad y resistencia, y entrenar la fuerza con ejercicios similares a los exigidos en las pruebas. Los entrenamientos de alta intensidad, como el HIIT (High-Intensity Interval Training), son ideales para mejorar la resistencia cardiovascular y la velocidad, además de aumentar la capacidad anaeróbica y la recuperación muscular.
Incorporar ejercicios de flexibilidad y movilidad
La flexibilidad es un factor clave para un rendimiento óptimo y la prevención de lesiones. Incluir sesiones de estiramiento antes y después de cada entrenamiento ayuda a mantener la elasticidad muscular y a mejorar la movilidad articular. Ejercicios como yoga y pilates pueden complementar la rutina de preparación, ya que mejoran la postura, el equilibrio y la capacidad de reacción ante movimientos bruscos. Además, una buena movilidad contribuye a ejecutar los ejercicios con mayor eficiencia y reducir el riesgo de lesiones musculares o articulares.
Mantener una alimentación balanceada y adecuada
El rendimiento físico está directamente relacionado con la nutrición y la hidratación. Para mejorar la resistencia y la fuerza, es necesario seguir una dieta equilibrada que incluya proteínas para la recuperación muscular, carbohidratos complejos para obtener energía y grasas saludables para el funcionamiento óptimo del organismo. Además, es fundamental mantenerse bien hidratado antes, durante y después del entrenamiento para evitar fatiga prematura y mejorar la capacidad de recuperación. Contar con el asesoramiento de un nutricionista deportivo puede ser de gran ayuda para diseñar un plan alimenticio acorde a las necesidades del aspirante.
Descanso y recuperación
El descanso es tan importante como el entrenamiento, ya que permite que los músculos se regeneren y crezcan, mejorando la fuerza y la resistencia. Dormir al menos 7 a 8 horas diarias es clave para una recuperación óptima, al igual que programar días de descanso o sesiones de recuperación activa, como caminatas ligeras o sesiones de estiramiento profundo. Ignorar el descanso puede llevar al sobreentrenamiento, lo que aumenta el riesgo de fatiga extrema, lesiones y un menor rendimiento en las pruebas físicas.
Simular las pruebas en condiciones reales
Una estrategia efectiva para prepararse es realizar simulaciones de las pruebas bajo las mismas condiciones en las que se llevarán a cabo. Esto ayuda a familiarizarse con el esfuerzo requerido y a gestionar mejor el tiempo en cada ejercicio. Por ejemplo, si la prueba de carrera exige completar 1.5 km en un tiempo determinado, es recomendable entrenar en un entorno similar y con cronómetro. Esto no solo mejora la resistencia, sino que también ayuda a reducir la ansiedad y mejorar la confianza al momento de la evaluación real.
Evaluar el progreso periódicamente
Llevar un registro del desempeño físico para medir avances y ajustar el plan de entrenamiento según sea necesario, es de suma importancia. Esto se puede hacer a través de pruebas periódicas de resistencia, fuerza y velocidad, comparando los resultados con los tiempos y repeticiones exigidas en las pruebas oficiales. Un monitoreo constante permite identificar mejoras, detectar áreas que requieren más trabajo y ajustar la estrategia de entrenamiento para optimizar el rendimiento.
Recursos y herramientas útiles para tu preparación
Existen varias herramientas que pueden ser de gran utilidad en tu proceso de entrenamiento, como:
- Aplicaciones de fitness y seguimiento de actividad: herramientas como Nike Training Club, Strava, MyFitnessPal y Freeletics ofrecen planes de entrenamiento personalizados, rutinas específicas para mejorar resistencia y fuerza, y la posibilidad de monitorear métricas clave como el tiempo de carrera, la cantidad de repeticiones y la quema calórica.
- Equipos de entrenamiento en casa: para aquellos aspirantes que no pueden acceder a un gimnasio o prefieren entrenar desde casa, contar con equipos básicos de entrenamiento es una excelente alternativa. Elementos como mancuernas, bandas elásticas, barras de dominadas y kettlebells permiten desarrollar la fuerza muscular y la resistencia sin necesidad de máquinas sofisticadas. Además, incorporar herramientas como el TRX o las cuerdas de batalla ayuda a fortalecer el core, mejorar la coordinación y aumentar la resistencia cardiovascular.
- Asesoría profesional: contar con la guía de un entrenador especializado en preparación física para pruebas de ingreso policial o militar puede marcar una gran diferencia en el rendimiento. Un entrenador personal puede diseñar un plan de entrenamiento adaptado a las necesidades específicas del aspirante, asegurando que se trabajen de manera equilibrada la resistencia, la fuerza y la agilidad.
- Suplementación deportiva y nutrición adecuada: si bien una alimentación equilibrada es la base del rendimiento físico, en algunos casos los aspirantes pueden complementar su dieta con suplementos deportivos recomendados por un nutricionista. Proteínas, aminoácidos y electrolitos pueden ayudar en la recuperación muscular y mejorar la resistencia en entrenamientos intensos. Sin embargo, es importante recordar que ningún suplemento reemplaza una alimentación adecuada, y su consumo debe estar supervisado por un profesional de la salud.
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Fuentes:
https://sinco.policia.gov.co/PNVPI/ZonaPublica/DetalleConvocatoria.aspx?id=1374